El judaísmo ha influenciado la política y la sociedad con principios de justicia social desde hace tiempos.
Ejemplo de ello es que durante la Edad Media, comunidades judías en Europa desarrollaron kehilot, que son estructuras comunitarias autónomas que manejaban asuntos internos y relaciones con autoridades externas.
Más tarde, en el siglo XX vio el surgimiento del sionismo (movimiento político nacionalista que propuso desde sus inicios el establecimiento de un Estado para el pueblo judío en Palestina, una región que corresponde a la antigua Tierra de Israel (Eretz Israel) en la cultura judía), culminando en la fundación de Israel en 1948, transformando la geopolítica del Medio Oriente.
En la diáspora, especialmente en Estados Unidos, los judíos han sido activos en movimientos de derechos civiles y justicia social, desempeñando roles importantes en la defensa de los derechos humanos y la lucha por la igualdad.
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